“Vygotsky: el hombre (y su teoría)”, por Mauro Navarro

 

*Editado por Jaime Fauré

 

Introducción

Lev Semionovich Vygotsky es uno de los personajes más importantes en el campo de la psicología de la educación (e.g. Prawat, 2000; Coll, Palacios & Marchesi, 2017). Incluso hay quienes lo han llamado el “Mozart de la psicología” (Toulmin, 1978). En esta entrada, por lo tanto, he querido revisitar su historia y narrar los eventos más relevantes de su biografía. Para hacerlo, he tomado como referencia una obra clásica escrita por James Wertsch (1985). Concretamente, he tomado como referencia el primer capítulo de su libro “Vygotsky y la formación social de la mente”.

 

 

Vygotsky: el hombre (y su teoría)

Cuando intentamos atribuirle un valor a una teoría psicológica pensamos inmediatamente en la potencia de sus conceptos y en su coherencia interna. Pero existe otro criterio igualmente importante que se relaciona con el grado en que los conceptos se pueden entender desde diferentes marcos de referencia. La gestalt incompleta, el complejo de edipo, la mediación semiótica… al final del día, todos son conceptos únicos que aportan información valiosa sobre la mente humana y su desarrollo. Ahora bien, el objetivo de la psicología como disciplina no sólo es crear explicaciones teóricamente autosuficientes basadas en el uso de estos conceptos. También supone la descripción holística e integral de todos estos conceptos en un marco más general. En esta línea, pensadores importantes como Adorno han señalado -y no sin razón- que una descripción holística de esta naturaleza es una meta realmente ambigua, ya que implica intentar evitar al máximo los reduccionismos propios de cada teoría. Entre otros, es posible identificar reduccionismos como el de lo biológico contra lo cultural, el de lo psicológico contra lo social o el de lo interno contra lo externo.

Precisamente esta búsqueda por evitar los diferentes reduccionismos y por permitir un diálogo constructivo entre estructuras conceptuales diversas es la que ha convertido a Vygotsky, al menos desde mi punto de vista, en uno de los gigantes de la psicología. Lógicamente, su historia es la historia de un psicólogo comprometido con una aproximación sociocultural o histórico-cultural de la mente humana. Pero también -y, probablemente, más importante aún- su historia fue un soplo de aire fresco que consiguió refrescar la psicología de su época. Por este motivo, aquí quiero narrar los hitos que marcaron la vida de Vygotsky según Wertsch. Ya tendré ocasión de revisar sus obras en otra ocasión.

Hasta donde sabemos, Vygotsky nació en 1896 en Orsha, una ciudad cercana a Minsk, en Bielorrusia. Su padre tenía un origen judío y su madre un origen alemán. Según Wertsch, eso explica por qué la infancia de Vygotsky estuvo llena de estímulos intelectuales. De hecho, al parecer desde pequeño Vygotsky fue reconocido entre sus pares como alguien apasionado por participar en actividades como el teatro y la poesía. De ahí que según sus fuentes en esta época le apodaron “el pequeño profesor”. No es el foco de esta reseña, pero conviene añadir que esta pasión por la literatura, el teatro y la poesía acompañaría a Vygotsky durante todo el resto de su vida.

 

 

Si bien la infancia de Vygotsky suena ideal, su acceso a la universidad no estuvo libre de problemas, la mayoría vinculados a su origen judío. Sin embargo, a pesar de estos problemas Vygotsky logró entrar a la Universidad de Moscú en el año 1913. Allí, ingresó a la carrera de medicina hasta decidirse por estudiar Leyes. En paralelo, acudió a algunas clases abiertas de literatura, filosofía y psicología que se impartían en la Universidad de Shanyavskii.  En 1917, Vygotsky consiguió su título universitario  y se trasladó a Gómel.

Hasta el año 1920, Vygotsky se dedicó a impartir clases de literatura, ciencias, historia del arte y estética tanto en colegios como conservatorios de la ciudad de Gómel. Incluso, existen evidencias de que llegó a fundar un laboratorio de psicología en la escuela del profesorado de la ciudad. A medida que avanza su historia, la relación de Vygotsky con su salud comienza poco a poco a deteriorarse. En gran medida, este deterioro fue causado por la tuberculosis y, de hecho, le llevó a retirarse en varias ocasiones de manera temporal de sus actividades. Viendo el vaso medio lleno, podríamos señalar que Vygotsky utilizó este período para encontrar, leer y dialogar internamente con autores como, Tyuchev, Pushkin, Tolstoy, Dostoyevky, Spinoza, Freud, Marx, Engels, Hegel, Pavlov, Potebnya, entre otros.

Probablemente, fue una mezcla de sus actividades docentes, sus conocimientos teóricos y sus experiencias de vida lo que preparó a Vygotsky para el que, siempre según Wertsch, sería uno de los momentos más importantes de su vida. Y es que el 6 de enero de 1924 Vygotsky presentó en el II Congreso Panruso de Psiconeurología, en Leningrado. Allí, muchos expertos y estudiantes le reconocerían como un personaje relevante, al punto de invitarle a mudarse a Moscú. Wertsch afirma que la fluidez con la que expuso su ponencia, titulada “Métodos en la investigación reflexológica y psicológica”, logró cautivar a al director del Instituto de Psicología de Moscú, K. Kornilov. Kornilov le invitó a ser parte de su empresa de reestructuración de la psicología rusa, que poco a poco pasaría a ser una psicología soviética marxista. Ya viviendo en Moscú, en 1925, Vygotsky conoció a Aleksandr Luria y Aleksei Leontiev, quienes se unieron a él como discípulos y, posteriormente, como colegas. Ese mismo año, Vygotsky también presentaría su tesis doctoral, “Psicología del Arte”.

Wertsch describe a Vygotsky como una especie de genio. Como alguien que tenía algo especial. Desde su perspectiva, aquellos que lo conocieron y fueron sus discípulos afirmaban que estar con él era una experiencia muy similar a lo mesiánico. Su sabiduría parecía no tener limitantes. Sin embargo, la razón por la que Vygotsky se convirtió en un investigador importante en su contexto socioinstitucional concreto fue el entorno sociopolítico característico de los primeros años de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En estos primeros años, la inestabilidad política trajo consigo diferentes acontecimientos que provocaron que personas como Vygotsky y sus colaboradores pudiesen dedicar la mayor parte de su tiempo y su energía a crear investigaciones basadas -al menos, hasta cierto punto- en los principios marxistas y leninistas. Esto los catapultó al estrellato del escenario social soviético, al menos durante un tiempo.

En efecto, cuando Vygotsky consiguió incorporarse al Instituto Psicológico de la Universidad de Moscú pudo enfocar su trabajo hacia la reformulación de la teoría psicológica desde la perspectiva marxista. De hecho, la intención de Vygotsky era poder desarrollar progresivamente formas prácticas de solucionar los problemas como el analfabetismo y la ausencia de servicios para las personas con necesidades educativas especiales. En estos años, Vygotsky se interesó por la defectología y el aprendizaje en niños con problemas auditivos o de aprendizaje. Debido a este interés, Vygotsky dio el puntapié inicial para la creación del Instituto Científico de Investigación de Defectología de la Academia de Ciencias Pedagógicas.

En este punto de su carrera, Vygotsky siguió impartiendo clases. En paralelo, además, también comenzó a asistir a clases de neurología, motivado por su creciente interés por los desórdenes neurológicos relacionados con los procesos del habla y el pensamiento.

Empezando la década de 1930, y tras dar un giro radical a su obra con la intención de encontrar una unidad analítica de la conciencia, la enfermedad de Vygotsky empezó recrudecer como consecuencia de su tuberculosis. Por desgracia, ya no le volvería a dar tregua y nuestro protagonista moriría el día 11 de junio del año 1934. Su empresa quedaría inconclusa.

En mi opinión, los aportes de Vygotsky a la psicología de su época fueron trascendentales, como un soplo de aire fresco absolutamente necesario para desatascar la disciplina de sus reduccionismos. Sin embargo, no es menos cierto que por razones políticas e interpersonales sus trabajos fueron prohibidos u olvidados. Sin ir más lejos, se estima que en total Vygotsky escribió alrededor de 180 obras diferentes y que al menos 135 fueron publicadas, ya fuese antes de la muerte de Vygotsky o después de la muerte de Stalin. O eso es lo que nos dice Wertsch, porque, como sabemos, la historia siempre es la historia de alguien, según alguien. ¿Habrá otras historias sobre Vygotsky?

 

Conclusión

En la lectura anterior hemos abordado de manera muy acotada los aspectos centrales de la biografía de Vygotsky, al menos tal y como la concibió James Wertsch (1985) en su momento. Se hace necesario destacar, más allá de la vida de Vygotsky, como las características históricas, culturales y sociales de su época, más aún de una tan convulsionada como lo fueron las primeras décadas de la URSS, pudieron llevar a un hombre a reformular las bases de la psicología y crear el primer esbozo de una teoría sociocultural aplicable a los procesos de enseñanza y aprendizaje. Para explorar el tema más complejo de su teoría, sería necesario escribir otra reseña.

 

Referencias

Prawat, R. S. (2000). Dewey meets the “Mozart of Psychology” in Moscow: The untold story. American Educational Research Journal, 37(3), 663-696. https://doi.org/10.3102/00028312037003663

Marchesi, Á., Palacios, J., & Coll, C. (2017). Desarrollo psicológico y educación. Madrid: Alianza editorial.

Toulmin, S. (1978). The Mozart of psychology. New York Review of Books, 25, 51-57.

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