Reseña: “Voces de la mente: un enfoque sociocultural de la acción mediada”, por el Dr. Clay Spinuzzi

 

*Escrita por Clay Spinuzzi y traducida por Jaime Fauré. Las citas textuales más largas se han mantenido en inglés para evitar una doble traducción que no permita capturar el sentido de lo expuesto originalmente por el autor. En las citas cortas sí se ha traducido el contenido con el objetivo de mantener la fluidez de la lectura.

*Publicación original: [Link]

 

Me sorprendió descubrir que, al menos hasta donde recuerdo, no he revisado este clásico de 1991 escrito por James Wertsch. Basándose en las obras de Vygotsky y Bakhtin, Wertsch busca explicar y desarrollar la noción de acción mediada. Probablemente, quienes llevan más tiempo leyendo este blog no tendrán dificultades para entender el concepto básico de acción mediada. En cambio, quienes no estén familiarizados con este concepto y quieran conocer algunos antecedentes pueden consultar la breve introducción que hace Vygotsky a este tema. Más concretamente, Vygotsky distingue entre las herramientas físicas y las herramientas psicológicas. En “Voces de la mente”, Wertsch comenta este antecedente de la siguiente manera:

The third general theme that runs throughout Vygotsky’s formulation of a sociocultural approach is the claim that higher mental functioning and human action in general are mediated by tools (or “technical tools”) and signs (or “psychological tools”). Here again the influence of Marx and Engels is evident, especially in Vygotsky’s discussion of the use of tools in the emergence of labor activity. But Vygotsky’s main contribution resulted from his focus on psychological as opposed to technical tools. His lifelong interest in the complex processes of human semiotic action allowed him to bring great sophistication to the task of outlining the role of sign systems, such as human language, in intermental and intramental functioning (pp. 28-29).

Wertsch afirma que Vygotsky estaba especialmente interesado en la relación entre habla y pensamiento. Y que este “sesgo etnocéntrico“, porque eso es lo que es, “no es tanto uno que invalida la investigación como uno que limita la aplicabilidad de los constructos a ciertos grupos y entornos. Refleja un patrón de privilegios que distingue el desempeño de las personas que funcionan en diferentes ámbitos culturales, históricos e institucionales” (pp. 31-32). Más allá de esta limitación, Wertsch afirma que la contribución duradera de Vygotsky es la idea de que “la inclusión de signos a la acción transforma fundamentalmente ésta última. La incorporación de medios auxiliares no facilita simplemente la acción que podría haber ocurrido sin ellos; en cambio, como señaló Vygotsky (1981a), ‘al ser incluido en el proceso de la conducta, la herramienta psicológica altera todo el flujo y la estructura de las funciones mentales’” (p. 32). En definitiva, los signos cambian el flujo del comportamiento.

Ciertamente, poner su atención en el habla fue una limitación del pensamiento de Vygotsky. Ahora bien, para Wertsch también hay otra limitación: Vygotsky se centró demasiado en “la interacción de grupos pequeños, especialmente la interacción de la díada adulto-niño” (p. 46). En parte, esto explica por qué Vygotsky trató en gran medida el desarrollo de conceptos como un proceso individual, pero alrededor de 1934 comenzó a considerarlo “desde la perspectiva de cómo emerge en la actividad institucionalmente situada” (p. 47). Wertsch piensa que si Vygotsky hubiese sobrevivido más allá de 1934 habría llevado sus ideas al ámbito intermental. Desde su punto de vista, Vygotsky hubiese intentado “ poner en primer plano la situación sociocultural de la acción mediada en el plano intermental” (p. 48). En este punto, Wertsch opina que las ideas de Bakhtin pueden ser relevantes, ya que apuntan a la relación entre las expresiones, los significados y los lenguajes sociales. Por lo tanto, apuntan a la relación entre los significados individuales, o intramentales, y grupales, o intermentales.

Después de comentar muy brevemente los conceptos básicos de Bakhtin, Wertsch vuelve a la analogía de Vygotsky que permite diferenciar entre las herramientas y los signos (capítulo 5). Lógicamente, Vygotsky era consciente de las limitaciones de esta analogía, pero Wertsch señala audazmente que “no llevó esta analogía lo suficientemente lejos“. En su opinión, deberíamos pensar en estos mediadores semióticos diversos como un “juego de herramientas” (p. 93). Pensar en esta dirección nos empuja necesariamente a preguntarnos por qué alguien usa una herramienta y no otra en una situación determinada. Wertch nuevamente da una solución bakhtiniana, y argumenta que diferentes mediadores semióticos pueden provenir de diferentes lenguajes sociales.

En este punto, Wertsch critica a Leontiev por perder de vista la mediación semiótica en sus trabajos. Puntualmente, señala:

In contrast, looking at action in isolation, without concern for the mediational means employed, loses sight of one of my most fundamental points and what is perhaps the most central contribution Vygotsky, Bakhtin, and many of their colleagues made to the study of mind: mediated action is an irreducible unit of analysis, and the person(s)-acting-with-mediational-means is the irreducible agent involved. … Shchedrovitskii (1981) has argued that A.N. Leontiev’s account of activity and action is flawed by the fact that Leontiev lost sight of some of Vygotsky’s insights about semiotic mediation (p.120).

Y lo dejo hasta aquí, aunque el libro tenga mucho más y es absolutamente recomendable. Si estás interesado en la acción mediada, en las ideas de Vygotsky y/o en las ideas de Bakhtin, definitivamente este clásico le gustará.

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